Este sábado tiene lugar la entrega de la placa “Juan Sastre” 2023 a Sebastián Sánchez Cerón, primer juez de nuestra región que recibe la máxima distinción por parte del Comité de Jueces de la RFEA.
Ya quedan apenas unas horas para que la placa “Juan Sastre”, la mayor distinción que se concede por parte del Comité de Jueces de la Real Federación Española de Atletismo, en reconocimiento al interés, continuidad, constancia, aportaciones y amor al atletismo, recaiga sobre un juez de nuestra región por primera vez. Así será teniendo como protagonista a Sebastián Sánchez Cerón, Juez Nivel III que recibirá dichos honores este sábado 11 de noviembre, en el acto que tendrá lugar en el Hotel Nelva.
Un reconocimiento más que merecido, y que más allá de para el protagonista, supone una inmensa alegría y orgullo para todo el atletismo murciano. Si bien, “Sebas” sigue haciendo gala de su modestia y, hasta cierto punto, de la incomodidad en estas lides de quien nunca ha querido ser protagonista, pese a ser por méritos propios uno de los grandes referentes del juzgamiento en nuestro país.
Pregunta: ¿Qué supone para ti recibir la máxima distinción como juez en España?
Respuesta: A mí este tipo de homenajes no me suelen gustar mucho, yo siempre he estado un poco a la sombra, en alguna otra ocasión me lo han propuesto y siempre he dicho que no, pues había otras personas con más méritos. Dicho esto, para mí supone por supuestoun orgullo y me honra.
P. Remontándonos a los orígenes, ¿Cómo fueron tus inicios en el juzgamiento, allá por 1980, qué te llevó a iniciarte como juez de atletismo? ¿Practicabas este deporte como atleta o directamente te atrajo el juzgamiento?
R. No practiqué el atletismo en mi juventud, ni tampoco estaba vinculado al atletismo en sus orígenes, en Alhama. Fue unos años después, no muchos, que el atletismo surgió con muchísima fuerza, sobre todo de la mano de un entrenador en concreto, y yo empecé a vincularme directamente como juez, empecé a ir a las competiciones, hice el primer curso de juez que se celebró -el que antes llamaban territorial- y una vez que me hice juez, ya no me he desvinculado nunca. Pero sobre todo mis inicios fueron impulsados por aquella fuerza del atletismo en Alhama, que movía muchísimos jóvenes.
P. Han sido muchísimas tus experiencias, no solamente a nivel nacional, sino también internacional, europeos, mundiales, Juegos Olímpicos como los de Barcelona. ¿Con qué te quedas personalmente? ¿Lo más importante como juez?
R. De una manera un poco más genérica, lo que más me ha dado el atletismo ha sido la posibilidad de conocer gente y hacer amigos, y trabajar con gente de todo el país. Ése es el valor que yo más aprecio de estos años que he dedicado al atletismo. Yo nunca lo he dejado, porque además el atletismo llegó a interesarme como deporte, cada día me ha gustado más. Pero sin duda, lo que más valoro de esta larga etapa ha sido la posibilidad de tener tantos amigos.
P. ¿Te queda algún reto, algún sueño por cumplir como juez?
R. Creo que mis aspiraciones como juez de atletismo han quedado plenamente cubiertas, en todos los aspectos. He estado en alta competición muchísimas veces, he tenido responsabilidades dentro del Comité Nacional de Jueces, y lo habré hecho mejor o peor, pero no tengo nada pendiente. Tengo 75 años y ya no puedo renovar, de manera que coincide la concesión de esta placa con mi ‘jubilación’ como juez.
P. Durante estos días has debido sentir la alegría de muchos compañeros, no solamente de la región, sino de los muchos que también conoces más allá de nuestra tierra y con los que seguro también te une una amistad tras tantos años.
R. Desde luego que sí, desde precisamente el momento en que recibí la llamada del presidente del Comité Nacional de Jueces de la RFEA, Antonio Pérez. Me pilló precisamente en una competición en Alhama, y me dijo «Sebastián, este año ya no te puedes escapar». Después de eso ha sido muchísima gente, amigos, que me aprecian igual que yo a ellos, y se han alegrado de forma sincera. Yo no tengo capacidad para tener dos caras, y eso lo valoran también mucho.
Imagen: Fco. Hernández